LAS LABRANZAS  EN EL INGENIO

 

Rafael Sánchez Valerón

Cronista Oficial de Ingenio

           

            Como medio de vida durante siglos la principal actividad de los habitantes del Ingenio es la agrícola – ganadera. Pequeños y grandes propietarios disponen de “abranzas”, distribuidas a lo largo de toda la zona de regadío. Estas “labranzas” son unidades de trabajo dirigidas en régimen de propiedad o arrendamiento por un cabeza de familia que emplea en sus tareas a sus hijos a los que enseña las labores tradicionales, también a su esposa y en algunos casos contrata ocasionalmente  a personas  para labores puntuales. Las labranzas constan en general de distintos habitáculos, cada uno para una actividad específica:

Las gañanías.- De forma generalmente cuadrangular Es el principal elemento, construidas de piedra seca, techo de “jubrones” de madera y “tilla” con “torta” de barro y paja, con puerta de madera, no dispone de ventanales. En su interior se guardan los útiles de trabajo, el “pasto” constituido por plantas forrajeras recolectadas durante los meses de zafra, secadas y encerradas durante el verano para complementar el alimento verde de las vacas durante el invierno que han sido recolectadas en la medianía, sobresalen teeres (tederas) y “cerrillos”, amén de múltiples  hierbas y arbustos. En las gañanías también se guardan plantas que han sido sembradas y recolectadas especialmente para utilizarse como pasto (chícharos moros, chícharos zahorines, chícharos blancos, collejas, etc, que no fueron consumidos durante la zafra (meses de Marzo - Mayo). Pero la mayor parte se encuentra ocupada por la paja  sobre de todo de trigo obtenidas de la trilla, en algunos casos también hay paja de cebada o de gramíneas. Todo en función de las bondades de años buenos o “ruines”. Se guardaba dentro de la gañanía los higos y tunos en sacos una vez secados al sol hasta su consumo. Se encuentra en la gañanía los elementos propios del agricultor-ganadero: azadas, cestas pedreras y de hierbas, serones, azadas, picaretas, yugos, arados, escobas datileras, horquetas, “bielgos”, palillas y toda clase de utensilios propios de la labranza interminables  de enumerar. En la gañanía también se encuentran algunos útiles propios de una vivienda, mesas, camas, roperos ya que la vida transcurre  durante gran parte del día en las labranzas, utilizándose la casa apenas para dormir.

Los alpendres.- Adosadas a las gañanías era el otro elemento importante de estas labranzas, siendo su forma rectangular con techo de las misma características que las gañanías y abiertas sin puertas, Su piso levantado y con una ligera inclinación para favorecer el deslizamiento de los orines hacia la “estercolera”. Es completamente abierta por una de sus cuatro partes en beneficio de la aireación del lugar. Disponían de pesebres a distinta altura para  reses adultas y pequeñas para las crías.

Cuadra.- Normalmente se situaban junto  a los alpendres y se utilizaban para amarrar a los animales de carga: mulos, caballos y sobre todo burros ya que eran pocos los labradores que podían disponer de caballos o mulos por su alto coste y mantenimiento.

Chiqueros.-Solían estar un poco alejados de los alpendres siendo utilizados para  las cochinos a los que se mantenía con las sobras de las comidas caseras (llamadas fregaduras) complementadas con algunos productos de desecho: “reuscos”, tunos “ahorrados” o higos “abichados”. La cría de las cochinas constituía  una de las actividades características de los labradores pues aprovechaban el dinero que le proporcionaban los “partos” de cochinos vendidos  a los cochineros que después los comerciaban por todas la isla. Las cochinas “viejas” se mataban y su carne se “despachaba” entre conocidos, en muchos  casos a escondidas de las autoridades. Aprovechándose  para la casa de todo lo sobrante, el tocino que después salarlo se guardaba en barricas, las “gualdrapas” para los chorizos así como las tripas delgadas mientras que las gruesas se empleaban en morcillas junto con la sangre.

 Las chozas de las cabras.- Eran pequeños habitáculos de tosca construcción y con improvisados techos donde se amarraban las cabras.

Estercoleras.-  Solían encontrase junto a los alpendres  donde se depositaba el estiércol de los animales, necesario para  fertilizar las tierras de regadío.

El aljibe.- Pequeño estanque construido de piedra y argamasa, techados con una pequeña puerta donde ese almacenaba el agua que se utilizaba para beber personas y animales. Para las personas se disponía de un “cacharro” o “pala” de tunera mientras que los animales lo hacía en una “pileta” adosada al aljibe. Solían llenarse cuando la “dula” correspondía por la noche para que las aguas estuvieran limpias ya que en las dulas diurnas las acequias venían con toda clase de suciedad y despojos.

Las Eras.- A poca distancia de la gañanía se encontraba la era, lugar destinado a la trilla. Se aprovechaba un terreno de “risco” carente de tierra  generalmente  en algunos casos la era estaba empedrada y construida de forma circular. Allí  se almacenaba el trigo y  gramíneas hasta la trilla. La trilla es una de las faenas asociadas a la época veraniega. Durante los meses de Mayo y Junio se procedía a la siega del trigo que previamente se había “escaldado” en los meses de Marzo y Abril. Se segaba con “joces” o bien se tronchaba y se colocaba en gavillas y se transportaban en bestias desde la medianía hasta la era. La forma de transporte era en “lazos” que se amarraban a ambos lados  de la bestia  con “sajornal” sobre ambos  lazos. Otra forma de transporte era en  sábanas “sacás” que con gran esfuerzo se ponía sobre la bestia, empleados para trigo de poco porte o bien otros granos. En la era, el trigo se ponía en “parvas” a la espera de la trilla. Se empleaban en la trilla vacas y burros. Desde el centro el labrador las guiaba. Los niños estaban pendientes de recoger en un cacharro los excrementos de las vacas. Una vez trillada se procedía  a la labor de “aventar”, aprovechando un día que no hubiera mucho viento. Se emplea primero la “jorqueta” (tres puntos de  hierro) y luego el bielgo (puntas de madera). Una vez separada la paja del grano se guardaba la paja mientras que el grano se metía en sacos aprovechando una parte para la venta y pan y la otra para grano de la cosecha siguiente.