MONFORTINOS EN GRAN CANARIA

 

Publicado en la  Revista FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS (2011). Monforte del Cid (Alicante)

 

Rafael Sánchez Valerón

Cronista Oficial de Ingenio

 

El nombre de Pascual  Richart en una calle de Ingenio que fue un antiquísimo “camino real” así como el de Pedro Limiñana, farmacéutico del pueblo, despertó desde niño mi  curiosidad, por la rareza de estos dos apellidos que eran diferentes a los comunes de la localidad. Poco a poco fui descubriendo lazos de estrecha amistad entre estos dos personajes “peninsulares” que se remontaba a la niñez de ambos en un pequeño y pintoresco pueblo de Alicante llamado Monforte del Cid.

Pascual Richart  López

Nació en Monforte del Cid (Alicante) el 20 de Septiembre de 1870. Hijo  de  Pascual Richart Fuentes y  Micaela López Díez, naturales también de Monforte del Cid. Acudió a la escuela de su pueblo natal. En los libros de registro de asistencia a clase aparece por primera vez su nombre en marzo de 1875.   En el padrón municipal de habitantes de 1894 consta que tiene 24 años, es soltero y estudiante, compartiendo domicilio (c. Jorge Juan, 40) con su madre y hermana Micaela. Obtuvo el título de Bachiller por el Instituto General y Técnico de Alicante el 30 de Septiembre de 1887. Estudió la carrera en la Universidad Literaria de Valencia, habiendo obtenido la licenciatura en Medicina y Cirugía con fecha 20 de Junio de 1894, expidiéndosele el correspondiente título en Madrid el 30 de Enero de 1895.

El 28 de Octubre de 1895, en la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de la vecina Villa de Novelda, contrae matrimonio con Severiana Pérez Terol,                                                                                     de 20 años de edad, natural de aquella localidad.

Su destino en Ingenio (Gran Canaria), un pueblo de apenas 3.000 habitantes, había estado precedido de Alejandro Gómez, natural de Almería y  del  sevillano  Antonio Sierra y Carbó, en una época donde los médicos canarios escaseaban y las vacantes eran cubiertas por médicos “peninsulares”.

La llegada a finales de 1895 a  Ingenio, con un contrato de 200 duros anuales, como médico titular nos hace suponer que fue su primer destino o al menos el inicio de su carrera profesional. El periódico “Diario de Las Palmas” de 28 de Diciembre de 1895 se hace eco de la noticia: “siendo su propósito ejercer allí su profesión y teniendo en cuenta sus conocimientos y bellas cualidades, desde luego le auguramos prosperidades en  su  carrera”.  

            La novedosa presencia de un matrimonio “peninsular” y la perentoria necesidad de un médico, hizo que encontrara con facilidad una casa para su residencia en un lugar céntrico del pueblo.       Una vez establecido  e iniciada su actividad profesional, conoce al rico  e influyente hacendado local José Ramírez Ramírez con el que entabla una estrecha amistad, actuando como padrino de bautismo de Pascual, su  malogrado primogénito, nacido y fallecido en Ingenio, así como de su segunda hija Micaela. El diagnóstico y eficaz tratamiento de una dolencia que tenía postrada en cama durante un año a María Leonor Suárez (esposa de José Ramírez), con un feliz restablecimiento, hizo que D. Pascual recibiera en  agradecimiento de este matrimonio un solar y una extensión considerable de terreno de regadío (1,1 Ha.) y agua para su riego en un lugar cercano al pueblo conocido por la Mejía. Allí construyó el galeno su propia vivienda con la característica que fue la primera construcción del pueblo donde se empleó cemento, material desconocido en la época. Esta casa, restaurada, se conserva en la actualidad; en ella estableció su despacho médico  y almacenaba gran cantidad de los jarabes, sellos, ungüentos, polvos y pastillas que prescribía y que, como no había farmacia en la localidad, confeccionaba ayudado por Doña Severiana,  su inteligente y culta esposa, que  causaba la admiración en el vecindario puesto que tocaba maravillosamente el piano y hablaba francés. Su sueldo fue establecido por una institución de carácter social conocida por “Sociedad de Pastos”. En 1900 se sintió agraviado por la diferencia de sus honorarios con los del director de la banda de música que una vez por semana venía desde Las Palmas, expuestas en una curiosa carta que se conserva en el Archivo Parroquial de Ingenio.

            Durante su estancia en Ingenio nacieron sus hijos: Pascual (1896), fallecido  cuando contaba un año de vida, Micaela  (1897), Severiana (1900), Josefa (1902) y Casto (1905).

             A lomos  de su caballo, recorría todos los pueblos de la parte meridional de Gran Canaria, pues era el único médico existente en la zona. Integrado en la vida social de Ingenio, como vocal de la Junta de vecinos, contribuye con sus iniciativas y aportaciones económicas a la construcción del templo de Nuestra Señora de Candelaria que por aquella época se levantaba en el pueblo. En tal sentido el matrimonio regala a la Parroquia las dos pilas de agua bendita que se encuentran a la entrada del templo. Estas pilas fueron talladas y enviadas por el padre de D. Pascual desde la Península y fueron construidas con mármol de Bateig, de las canteras que en Novelda poseía y trabajaba su suegro, embarcadas con destino a Ingenio por el puerto de Alicante.  Participa activamente como miembro de la Heredad de aguas “Acequia Real de Aguatona” de Ingenio. En 1905 “el médico del Ingenio”  hace un viaje a la Península regresando en el mes de Agosto; así lo recoge la prensa de la época.

El 14 de Abril de 1907,  en sesión plenaria de la Corporación Municipal se lee una carta suya participando que la enfermedad de su madre, casi moribunda, le obligaban a embarcarse. Se acordó, que dados los motivos de su ausencia se le disculpa y que su ausencia sea la menor posible. El 9 de Junio presenta una instancia al Ayuntamiento solicitando permiso para ausentarse de Ingenio, proponiendo como sustituto a su paisano el Licenciado en Medicina y Cirugía D. José Alemany y Alemany, natural de Vall de Gallinera.  Se trasladó a Alicante   adquiriendo gran fama en todo el Levante español.

Para la resolución de los asuntos pendientes en la Isla deja encargado a su amigo Antonio Limiñana Miralles.

               Fija su residencia en la pedanía de Orito (Monforte del Cid) y es allí donde nacen sus hijos: María Antonia (1909) y José (1912).

En su historial académico, profesional y societario, figura como médico titular de Monforte del Cid  con la especialidad de medicina general en 1914, estando en posesión de título  de Inspector Municipal de Sanidad.

 En un relato de Pascual Limiñana, se cuenta que en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial en Agosto de 1918, la epidemia de la gripe se extendió sobre el pueblo de Monforte del Cid. Prácticamente no se contaba más que con recetas caseras entre las que aconsejaba “beber mucho coñac”. Los médicos en aquellos dramáticos días  D. Aurelio y D. Pascual Richart hacían jornadas agotadoras. La terrible epidemia causó verdaderos estragos, hubo días de siete fallecimientos.

Ostentó el cargo Juez municipal de Monforte del Cid en el año 1930; no debió  ser durante mucho tiempo ya que en mayo de 1930 y junio de 1931 comparece ante el juez municipal en calidad de testigo, para asuntos familiares de sus hijos José y Casto.

Según consta en su ficha colegial, ejerció en la ciudad de Valencia como médico general (colegiado núm. 2.334), perteneciendo al Ilustre Colegio de Médicos de Valencia desde el día 17 de Mayo de 1934 hasta el mes de noviembre del mismo año, fecha en la que causó baja por traslado al extranjero. Su domicilio mientras estuvo colegiado fue en la c/ Visitación num. 3-1º-2ª de Valencia.  Hay algunas referencias de su estancia en Safi (Marruecos francés)  durante un tiempo.

Escribió un libro sobre “Balnearios”. Falleció en el pueblo de su nacimiento el 25 de Mayo de 1937.

Cuando terminada la guerra civil se tuvo conocimiento de su óbito se le tributó un homenaje póstumo en Ingenio en forma de funerales oficiales al que asistieron el Ayuntamiento y la población. Hombre de excelentes condiciones, dejó un grato recuerdo en el pueblo perpetuado en el nombre de una calle. En Monforte del Cid, la calle “Médico Pascual Richart” es denominada así desde los años 90 del pasado siglo.

 
Antonio Limiñana Miralles

         
           Nació en Monforte del Cid el 3 de Agosto de 1872. Hijo de Antonio Limiñana Miralles y  Antonia María Miralles y Miralles, vecinos de Monforte del Cid. Fueron sus hermanos: Dolores, Antonia, Lucía, Pascual  y  Miguel.

          En los libros de asistencia a la escuela de su pueblo, aparece por primera vez registrado en diciembre de 1875. Entre 1880 y 1883 consta que aún asistía en la escuela. En el Padrón Municipal de habitantes de 1894 se reseña que vivía en la calle Nueva nº 8, soltero, de profesión bracero, viviendo con sus padres y siete hermanos.                          

                Según testimonios orales, su llegada a Gran Canaria se debió a  consejos de su paisano Pascual Richart para que se estableciera en estas tierras en calidad de boticario. Regentó una “botica” en el pueblo de Moya en el norte de la Isla. Por circunstancias que no han podido quedar establecidas de forma categórica (los testimonios orales indican que por la llegada de un farmacéutico titular), abandona esa localidad y se establece también como boticario en  Ingenio, donde  Pascual Richart ejercía como médico y con el que le unía una entrañable amistad.

Fue durante su estancia en este pueblo sureño donde conoció a la que posteriormente sería su esposa, María López Cabeza, (nacida en 1876). Al pretender formalizar el matrimonio, la novia le puso como condición indispensable vivir con su hermano, el sacerdote Pedro López Cabeza, debiendo trasladarse  a cualquier lugar donde se estableciera en su labor pastoral. Como quiera que fue destinado como Párroco de Nuestra Señora de la  Luz en el barrio porteño Las Palmas, donde desarrolla su labor entre  1900 y 1917, tiene su domicilio en la calle Albareda y  es allí, donde nuestro protagonista contrae matrimonio el 7 de Octubre de 1903, actuando de padrinos los cónyuges Pascual Richart y Severiana Pérez. Fruto de este matrimonio nacerían: Antonio (1904), Pedro (1905), Silvia (1908), María Concepción (1910), Pascual (1912), José  y Miguel Limiñana López. Funda una bodega o comercio de vinos, aprovechando los conocimientos familiares sobre la actividad vinícola en Alicante y comerciando con vinos de esa procedencia. Nombrado  su cuñado Párroco de San Agustín (1917-1920), el matrimonio y sus hijos se traslada a   una casa en la calle de los Balcones en el Barrio de Vegueta (junto a la Catedral).A pesar de la distancia  entre Las Palmas e Ingenio seguía manteniendo  contacto con su paisano Pascual Richart actuando como padrino de bautismo de  su hija Micaela. Después de la marcha de D. Pascual siguió visitando asiduamente el pueblo de Ingenio, siendo especialmente recordadas sus visitas a la casa que fue de su amigo. En 1910 figura con residencia en el Puerto de la Luz junto al mercado.
 
           Su negocio de vinos  le producía sustanciosos beneficios y en la prensa de 1911 aparecía con frecuencia  una reseña publicitaria. A final de ese año solicita del Instituto General y Técnico de la  Provincia la inscripción académica de un colegio de Primera Enseñanza para niños que desea establecer en el Puerto de la Luz. En esta década ya se le conocen actividades políticas en el seno del Ayuntamiento de Las Palmas, actuando  como Síndico. En 1915 ocupa el cargo de inspector de aguas de la Sociedad “Unión Democrática” para asuntos de interés general y local, fomento de la enseñanza e higiene.  Forma parte de la Junta de Asociados del Ayuntamiento de Las Palmas. Cada vez es más grande su influencia en el campo social y comercial. Por 1917 regenta  en Las Palmas depósitos de vinos para su venta  en el Puerto de la Luz y  en el número 5 de la calle  Triana en el casco antiguo de la ciudad. En 1919, figura como donante en el bazar que organiza la sociedad “Fomento y Turismo” de Gran Canaria a beneficio del Grupo Escolar de San José. La Sociedad de “Comerciantes de Gran Canaria” lo designa como vocal para su Junta   de  Gobierno de 1921.  Sus convicciones religiosas  le hacen ser miembro  del  Círculo Católico de Obreros, siendo elegido vocal 2º en la Junta de Gobierno del año 1922 y  nombrado tesorero en 1923. A partir  de 1926 continúa en el cargo de vicepresidente hasta 1932.También es elegido vocal  de la Junta  General de Inquilinos  en 1924. Como concejal del Ayuntamiento de Las Palmas, en el verano de 1924 solicita licencia para viajar a la península, regresando en Septiembre.

El 10 de Noviembre de 1931 desde la villa de Monforte  recibe la triste noticia del fallecimiento de su padre cuando contaba 87 años de edad, persona muy querida y estimada allí por sus excelentes dotes, habiendo ostentado la alcaldía en los años 1914 y 1915. Durante su actuación se realizaron numerosas obras de urbanización, dando trabajo a gran número de obreros que, por la infección de filoxera que empobreció el campo de la comarca, se hallaban en la mayor miseria. Poseía viñas en el partido del Llano, Walaig y Raval.

En Agosto de 1932 dejó de existir en la Villa de Monforte del Cid su madre, a decir de la prensa de la época: “respetable y bondadosa señora, educada en cristianísimo ambiente, su vida fue toda cumplimiento estricto de sus deberes como madre y como esposa. A sus hijos dedicó todos sus fervores logrando el santo empeño de educarlos en la rectitud y la honradez. Sus dotes inestimables de buen trato y franqueza le granjearon innumerables y hondas amistades”. En Canarias se encontraban sus dos hijos  Antonio y  Miguel.

           Cuando contaba 59 años, D. Antonio Limiñana, falleció en Las Palmas el 2 de Febrero de 1933. El periódico La Provincia se expresaba en estos términos:“Persona apreciadísima por sus bellas prendas morales, que le hacía captar la amistad de quien una vez le trataba; si no canario  por naturaleza, lo era por afecto a esta tierra donde quedó enraizado por los vínculos de familia. Desde muy joven, llegó a esta ciudad portando consigo, un caudal de ilusiones y laboriosidad, que fructificará en un bienestar económico, hijo de su tesón y trabajo asiduo”.

Sus hijos cursaron carreras universitarias: Antonio (derecho), Pedro (farmacia), José y Pascual (medicina), Miguel (licenciado en ciencias químicas).

 

Miguel Limiñana Miralles y Josefa Martínez Miralles

Miguel Limiñana llega a Las Palmas de Gran Canaria con la recomendación de su hermano Antonio, estableciéndose en el Puerto de la Luz, dedicándose también al negocio de vinos. Al tiempo regresa a Monforte del Cid y allí contrae matrimonio con Josefa Martínez Miralles el 29 de Enero de 1914, para volver al barrio porteño de Las Palmas donde el matrimonio fija definitivamente su residencia,  y en el cual nacerían sus hijos: Miguel (1915), Josefa (1916), Antonia (1918), Ramón (1919) y María Concepción (1926). Posteriormente le acompañaría su hermana Lucía. En 1923 por la Delegación de Gobierno se le expidió pasaporte para Portugal. Al morir Antonio, se hace cargo del comercio de vinos de Triana. Falleció en Las Palmas el 11 de Julio de 1954.

FUENTES HISTÓRICAS

Archivos

Colegio de Médicos Valencia, Heredad de Aguas Acequia Real de Aguatona Ingenio, Histórico Diocesano Las Palmas, Histórico Provincial  Las Palmas, Juzgado de Paz Monforte del Cid, Municipal Ingenio, Municipal Monforte del Cid, Museo Canario Las Palmas, Parroquial Ingenio, Parroquial Novelda, Parroquial Puerto de la Luz Las Palmas, Sociedad de Pastos Ingenio.

Bibliografía

Bosch Millares, Juan: Historia de la medicina en Gran Canaria.

Limiñana, Pascual: Pretérito y presente de nuestra villa: Monforte del Cid.

Mayor, Inmaculada: Tres siglos de Alcaldes en Revista de Moros y Cristianos 2011.

Hemeroteca (Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife)

El Defensor de Canarias (1933,1934), El Noticiero (1889) La Provincia (1919, 1921,1922, 1923,1924, 1926,1933, 1982), Diario de Las Palmas (1901, 1904,1905,1910, 1911, 1913, 1915, 1917, 1921, 1922, 1923, 1925, 1926, 1928, 1931, 1932,1933), Diario de Tenerife (1891,1911), La Opinión (1906), El Tribuno (1912), El País (1912). La Gaceta de Tenerife (1931).

Boletín Oficial de Canarias: 1901, 1904,1905, 1906, 1908.

Notaría: Notario de Novelda Enrique García Díez (1930).

Testimonios

Juan Espino Guedes y hermanos (Ingenio).

María del Pino Limiñana Hernández (Antigua-Fuerteventura).

María Concepción Limiñana Martínez (Las Palmas de Gran Canaria)